Fiscal Andrés Cruz investiga filtración de identidad de los "testigos sin rostro".
CAÑETE.- De espalda a la cámara, a través de un circuito cerrado de TV y en una sala contigua al tribunal, declararán los 36 testigos protegidos del juicio, que comenzó ayer en contra de 17 mapuches imputados por delitos terroristas y ligados a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM). El acusado número 18 está prófugo. Entre los ilícitos está el ataque armado a Mario Elgueta, quien era fiscal especial para temas de violencia mapuche al momento del hecho, el 16 de octubre de 2008.
Los imputados arriesgan penas que van entre los 301 días y los 102 años de cárcel por asociación ilícita terrorista, incendio terrorista y robo con intimidación, entre otras acusaciones.
"Sin rostro"
La medida de protección para los llamados "testigos sin rostro" fue solicitada por el fiscal Andrés Cruz, quien argumentó que han aparecido rayados en Tirúa con frases como "protegidos, serán muertos yanaconas", que los propios aludidos expresan que son amedrentados por familiares de los imputados y que "ellos dicen, incluso, que un abogado dio a conocer la nómina y sus declaraciones", destacó Cruz en la audiencia.
Por ello, el Ministerio Público abrió una investigación, mientras que los defensores negaron haber filtrado el contenido de esas declaraciones, lo que tienen prohibido por el tribunal.
La resolución de los magistrados Jorge Díaz, Carlos Muñoz y Paola Schisano fue duramente criticada por la defensa de los imputados, que rechaza la presencia de los testigos protegidos. "Hace dos mil años ya en la Biblia cualquier persona podía enfrentar cara a cara a su acusador, cuestión que mis representados no lo van a tener", dijo el defensor público Pelayo Vial.
Al rechazo se sumó el ex juez Juan Guzmán, defensor de Héctor Llaitul, considerado líder de la CAM, quien apuntó a que "no se le verán las expresiones de la cara y los gestos, y usted sabe que donde más se miente es en los tribunales".
Natividad Llanquileo, vocera de los mapuches presos en Concepción, y quien tiene a dos hermanos entre los imputados, reconoció que saben quiénes son y "a pesar de ello, no les ha pasado nada. No veo cuál es el peligro que existe para protegerlos más de lo que están".
Sin embargo, el fiscal Cruz explicó que ya por temor uno de los testigos protegidos se excusó de declarar. Para evitar nuevas "bajas", el Ministerio Público reubicó a algunos de ellos y está en permanente contacto para conocer si son hostigados.
Las aprehensiones de la fiscalía la llevaron, incluso, a pedir al tribunal que declararan bajo protección otras 25 personas, en su mayoría víctimas de ataques.
En el primer día de juicio, hubo fuerte custodia policial, pero todo se desarrolló en calma en el tribunal, adonde también llegaron observadores de derechos humanos. Al arribo de los imputados, sus familiares levantaron ramas de canelo, como los hijos de Llaitul, quien les agradeció el gesto alzando su puño.
Hoy parten los alegatos de apertura, en que los defensores cuestionarán la calidad de terroristas de los hechos imputados.
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