sábado, 25 de julio de 2009

ELENA VARELA EN ENTREVISTA PUBLICADA EN DIARIO LA TERCERA, DOMINGO 26 DE JULIO, POR PERIODISTA VERONICA SAN JUAN


fotografia:fabrice Tulane.
Elena Varela, documentalista

“Ha sido un proceso irregular y tortuoso”
Hasta el 7 de mayo de 2008, la vida de esta cineasta y profesora de música transcurría entre la filmación de dos documentales relacionados con comunidades mapuches y la dirección de una orquesta infantil. Pero ese día fue detenida y todo cambió. El Ministerio Público la acusó de robo con intimidación y robo con homicidio y pidió 15 años de prisión. Hoy está con reclusión nocturna domiciliaria y arraigo nacional, y en espera de que se inicie el juicio oral que determinará su destino. En esta entrevista Elena Varela cuenta su verdad.

por: Verónica San Juan

En su casilla de correo, la profesora de música, compositora y documentalista Elena Varela (43) guarda hoy una invitación. Es para el 17 y el 18 de septiembre de 2009 y proviene de la Consejería de Bienestar Social y Vivienda del Gobierno del Principado de Asturias, una de las 17 comunidades autónomas de España. La quieren en Oviedo –capital del principado– para que exponga en las jornadas Cosmovisión Indígena y Resistencia, un encuentro entre representantes de pueblos originarios de Guatemala, Colombia y Bolivia. Pretenden que hable sobre el trabajo investigativo que viene desarrollando con las comunidades mapuches de las regiones de La Araucanía y Los Lagos desde 2004. Ese año –tras estudiar dirección orquestal en Berlín– se radicó en Pucón para investigar la cultura y las tradiciones de esta etnia, y también los conflictos entre algunos de sus miembros y las empresas forestales enclavadas en las provincias de Arauco y Malleco.

Pero Elena Varela no ha confirmado si para septiembre estará en Oviedo. No puede hacerlo. No sólo está con arraigo nacional, sino que, además, es probable que en esa fecha ya se haya iniciado un juicio oral en su contra o esté en su fase preparatoria. ¿De qué la acusa el Ministerio Público? De tres delitos que ella desmiente de manera rotunda: planificar el robo a una sede del BancoEstado en Loncoche, el 20 de diciembre de 2004; dar refugio a dosmiristas que asaltaron un centro de pagos del INP en Machalí, acción en la que murieron cuatro personas (dos atacantes, un guardia y un cuidador de autos); y asociación ilícita para delinquir.

Quince años y un día. Esa es la pena que pide el Ministerio Público a través del fiscal de la región de O’Higgins, Servando Pérez Ojeda. ¿Qué dice ella? Que es inocente. Que se trata de un “montaje de la fiscalía y de la Policía de Investigaciones”, para “detener las denuncias de abuso” hechas por algunos de sus entrevistados. Y que con ese objetivo le fueron requisadas 330 cintas. Una parte de ellas contenía testimonios que serían incluidos en el documental Newen Mapuche, proyecto financiado por el Fondo de Fomento Audiovisual que depende del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. El resto, pertenecía a la película Los Sueños del Comandante. ¿Qué dice el fiscal Pérez Ojeda? Que tiene pruebas para inculparla. Específicamente son las declaraciones de un involucrado en los asaltos y de la viuda de uno de los miristas muertos tras el robo de Machalí, más la evidencia de llamadas telefónicas al celular de la documentalista de parte de Cristian San Martín, uno de los implicados en el atraco de Loncoche.

Su defensor, el ex juez Juan Guzmán –quien adquiriera relevancia internacional en 1999 por procesar a Augusto Pinochet– está convencido de que su representada será absuelta en el juicio oral, ya que las pruebas expuestas son “sólo indicios y no pruebas verdaderas”.

Mientras espera que comience el juicio (al cierre de esta edición los magistrados de la Corte de Apelaciones de Rancagua aún no decidían si se realizará en un tribunal de esa ciudad o de Villarrica), la cineasta vive un régimen de reclusión nocturna domiciliaria que ha alterado su vida: la fiscalía determinó que permaneciera tres semanas en Santiago (porque en la capital está su familia), con el fin de estar a pocos kilómetros del tribunal de Rancagua (el juicio se iba a realizar ahí en junio, pero el juez se declaró incompetente), y siete días en su casa de Lican Ray para que retomara el rodaje de la película. “Pero no puedo trabajar mucho. Hay comunidades que quedan a tres horas de camino y no alcanzo a ir, filmar y volver antes de las 10 de la noche”, explica.

Varela fue detenida en la mañana del jueves 7 de mayo de 2008 en el sector Trapel de Lican Ray. Pasó tres meses de reclusión en la Cárcel de Alta Seguridad de Rancagua y desencadenó el apoyo de la comunidad cinematográfica nacional e internacional: lleva más de un año reclamando que le devuelvan todas las cintas requisadas desde su casa. Esta petición tuvo el apoyo de laministra de Cultura, Paulina Urrutia, quien solicitó a la fiscalía el reintegro del material fílmico.

El candidato presidencial y cineasta Marco Enríquez-Ominami la visitó en la cárcel el año pasado y a partir de su caso propició, junto al diputado Álvaro Escobar, un proyecto de ley que reconozca el derecho de reserva de fuente a toda persona que realice una obra audiovisual. Además, su sitación fue expuesta en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la Corte Interamericana de DDHH y en la comisión respectiva de la Cámara de Diputados. Hace algunas semanas, la documentalista remitió una carta a la Presidenta Bachelet. A propósito de su arresto, escribe: “Los malos tratos y la tortura sicológica no me calzaban en su gobierno…”. Aún no recibe respuesta.

La noche de Grease Brillantina
“La señora que trabaja en la casa abre la puerta esa mañana… Aparecen dos personas y me dicen que estoy detenida. Yo digo: ‘¿pero por qué?’. Luego miro, y mi casa estaba llena de gente. Había cerca de 30 hombres y dos mujeres. Me tomaron de las manos, me apuntaron con armas y me subieron al auto”, cuenta Varela y afirma que sus captores “no se identificaron, no exhibieron orden de allanamiento ni tampoco leyeron mis derechos como lo establece la ley”. También relata que durante el trayecto fue intimidada. “Me decían que sime pasaba ‘algo’,mi hija (América, de 16 años) iba a quedar desamparada; que le podía ocurrir ‘cualquier cosa’. Quemejor dijera ‘la verdad’. No sé a qué verdad se referían”, comenta. La escuela de Panguipulli, donde era directora de la orquesta sinfónica infantil, fue el siguientedestino del auto policial: “Imagínate. Querían que delante de los niños, confesara que tenía armas guardadas (en el colegio)”.

Ese día, en distintos puntos de la región de La Araucanía, la policía aprehendió, como parte del mismo proceso, a otras cinco personas, inculpadas de los mismos robos que la documentalista: Sergio Reyes Matus, Kenny Sánchez, Flor Domínguez, Leticia Cárdenas y Jorge Pineda.

Como uno de esos delitos había ocurrido en la región de O’Higgins (Machalí), ella y los cinco detenidos fueron trasladados a Rancagua e interrogados por el fiscal Pérez Ojeda y un funcionario de la PDI. Ella recuerda esa primera noche: “Como a las 2 o 3 de la mañana me dijeron: ‘la vamos a llevar a otro lado’. Me trasladaron a un cuarto donde había un tipo de Investigaciones. (En el lugar) había un (televisor) plasma grande y el tipo miraba una película. Me senté y vi que había otro detenido. Era Pineda (Jorge). El hombre nos ordenó: ‘aquí no pueden hablar. Si quieren dormir, pueden hacerlo en el suelo’. En esemomento entraron varios tiras, armaron una comilona y se pusieron a ver la película Grease Brillantina. Hubo unmomento en que no aguanté más, me tapé con un ponchito que llevaba y me dormí”.

-¿Toda la noche fue así?

-Toda la noche, pero me despertaban cada cierto tiempo para tomarme las huellas, sacarme fotos o interrogarme.

“La primera vez ella fue interrogada sin la presencia de un abogado defensor, fue obligada a declarar, en circunstancias que, como derecho constitucional propio de toda persona sospechosa, podría haber guardado silencio. Estuvo más de 24 horas privada de su libertad, en condiciones físicas y psicológicas absolutamente inaceptables”, complementa el abogado Juan Guzmán.

A las 9 de la mañana del 8 de mayo se realizó la formalización de cargos. “Se supone que antes de que ingreses a la sala, tienes tiempo para hablar con un abogado. En nuestro caso (ella y los otros cinco imputados) estuvimos sólo cinco minutos con el defensor regional y entramos (…). En un momento, la jueza me gritó “¡cállese!”, y yo, que según la ley tenía derecho a hablar, no pude hacerlo”, relata.

“Elena Varela surge en toda esta historia porque hay una testigo (viuda de Alfredo Hermosilla, mirista muerto en el asalto deM achalí) que la menciona como parte de este grupo (que estaba involucrado en ambos robos) y como pareja del líder (de la célula mirista, Juan Moreno Venegas, actualmente prófugo). Pero no sólo como su pareja, sino que tomando parte en reuniones, y aludiendo al lugar donde se habrían ocultado algunas armas, indicios para la fiscalía de que ella tenía un rol activo”, asegura el fiscal Servando Pérez Ojeda.

La documentalista desmiente esa acusación y explica su relación con Moreno. “Cuando lo conocí se presentó como periodista argentino de nombre Leonardo Civitarese. Hubo empatía, le conté que quería hacer un documental sobre el tema mapuche y me dijo ‘sé harto, y conozco a alguna gente que puede apoyarte’. Tenía mucha información sobre las comunidades mapuches y ése fue mi primer interés por él”.

-Pasó a ser tu fuente de información.

-Exactamente, y de ahí surgió un romance. Fue una relación corta y distante, porque, supuestamente, él salía de Chile cada cierto tiempo. No me preocupé de enterarme más de su vida, porque tampoco quería establecer una relación formal con él.

El fiscal Pérez Ojeda plantea que el imputado Sergio Reyes Matus también la involucra en sus declaraciones. “Él señaló que cuando lo invitan a participar en lo de Loncoche (el asalto), lo convocan a un restorán y que ahí lo estaba esperando Varela con su pareja. Dice que la voz cantante la llevaba Moreno, pero que ella formó parte de la reunión. También relata que, cometido el delito en Machalí, estuvo oculto en la casa de Elena Varela, en las afueras de Villarrica”. El fiscal aclara que en una declaración posterior, Reyes Matus planteó que la documentalista no entró al restorán, sino que permaneció en el auto. “Pero nunca ha desmentido que se quedó en su casa”, dice.

Varela expone su versión: “Una vez que nos formalizaron y cuando ya estábamos en la cárcel, Reyes Matus comentó que lo obligaron a firmar un documento, porque lo amenazaron con que iban a detener a su señora; también dijo que lo habían amedrentado con su hijo. Explicó que no tuvo otra (alternativa) que firmar. Le creo completamente, ya que me pasó algo parecido cuando incautaron las cintas desde mi casa. A la nana le ordenaron que firmara un papel. Los policías le dijeron que si no lo hacía, se la iban a llevar. La señora les dijo que era analfabeta, entonces le preguntaron su nombre y escribieron ‘María Molina’. Con esa misma letra después escribieron mi nombre en un papel donde yo, supuestamente, firmaba el documento de incautación”.

Sobre estos argumentos presentados por la fiscalía, además de las relacionadas con presuntas llamadas al teléfono de la cineasta, el abogado Guzmán argumenta: “Estas pruebas son, precisamente, las que yo estimo que son meramente indicios; generalmente sirven para reforzar otras pruebas vehementes, pero por sí solas no concluyen sobre la verdad jurídica, no tienen mérito para dar por establecida la participación de una persona en los hechos”.

La realizadora y también guionista de sus películas resume el proceso que ha vivido: “Yo no debería estar presa y lo estoy gracias a un sistema judicial inepto que inventa una paranoia política. Todo esto ha sido unamanipulación de información. En general, ha sido un proceso irregular y tortuoso. El simple hecho de estar privada de libertad, de no poder hacer una vida normal, es una tortura sicológica”, reflexiona y conjetura sobre el objetivo final de su arresto y procesamiento: “Cuando se llevan el material (las cintas), no sólo lo toman para saber quiénes están detrás del documental, quiénes informan o quiénes participan de las marchas. También lo hacen para detener las denuncias (que hacen los mapuches en sus testimonios), porque con ellas, el país va a ser mal visto en el exterior. En Chile se está a usando la misma técnica de la dictadura, pero con la palabra democracia”.

-Comentabas que después de que te encarcelan empiezan a allanar las comunidades visitadas por ti.

-Sí, por ejemplo, en Temucuicui. Yo había estado ahí muchas veces, era una de mis bases de trabajo.

-¿Puedes asegurar que gente entrevistada por ti y que aparece en las cintas fue arrestada?

-Sí, hay varias personas.

-Has declarado que el día de tu detención fuiste amedrentada con tu hija. ¿Cómo está ella?

-Ahora está más estable, pero ha sido muy difícil. Para ella, su mamá era una persona importante: donde no había música, fundé una orquesta; donde no había teatro ni cine ni cultura, creamos la Escuela de Todas las Artes y la productora Ojo Film (…). Entonces esta ˝mujer brillante˝ que era su mamá de repente se transforma en una delincuente, en una terrorista. Es terrible explicarle que no es así.

-¿Cómo han vivido este proceso tus padres?

-Ha sido difícil. Son muy católicos, y muy comprometidos con la Iglesia. Los dos creían mucho en la democracia, y después de todo lo que he vivido, se dieron cuenta de que tenían que decidir si se les caía la democracia o su hija.

-¿Y qué decidieron?

-Que se les caía la democracia.

-¿Cuánto te faltaba para terminar tus películas?

-De Newen Mapuche tenía como el 70%, y de Los Sueños del Comandante llevaba como la mitad.

- ¿Las vas a terminar?-Si quedo en libertad, sí. O sea: tengo el deber de terminar Newen Mapuche por una cuestión de compromiso social y humano. Y la otra también porque es un compromiso con las personas. Lo que hice con la gente de Neltume es muy lindo porque realizamos una construcción del pasado a partir de ellos mismos: las marchas antiguas, las reuniones políticas, la persecución, el idealismo. Y también está el tema de la guerrilla que se instaló a Neltume en 1981 (la llamada Operación Retorno, del MIR).

-¿Te has puesto en el escenario de estar 15 años en la cárcel?

-Sinceramente, no. Lo que estoy viviendo hoy día ya es fuerte, entonces pensar en los 15 años sería ser sádica conmigo misma. Lo que tengo que pensar es que no va a ocurrir; no tienen por qué ser ni quince años ni ningún día.

1 comentario:

  1. Elena Varela es mapuche?
    Me gustaría saber cual es el objetivo verdadero del gurpo de mapuches que destruyen la propiedad privada. Es verdad que quieren que se les devuelvan todas las tierras? Todo Chile? Si es así, ellos están violentamente contra mi pueblo.

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